Si has terminado de ver ‘Nursery’ y te quedan más preguntas que respuestas sobre la pesadilla suburbana de Lorcan Finnegan, aquí te explicamos el final.
Para los adultos de esta período, comprar una casa Parece un sueño casi increíble. Al menos no es tan practicable como lo era para las generaciones anteriores, que podían tener una propiedad con el patrimonio que ganaban en un año (o poco así, obviamente no nacimos entonces). Muchas parejas fantasean con comprarse una casa en las extrarradio y eso es lo que sucede en ‘Vivarium’, la película de Lorcan Finnegan protagonizada por Jesse Eisenberg (Tom) e Imogen Poots (Gemma).
En espacio de encontrar una casa de ensueño para cumplir sus fantasías mundanas, los dos terminan atrapados en una especie de trastiendasuburbanos que los devuelven, cada vez, al mismo espacio para cumplir una extraña tarea asignada: cuidar a un inmaduro que reciben en una caja. Si has trillado la película, probablemente te estés preguntando qué diablos pasó al final. No te preocupes, aquí decimos ¿Qué significa el final de ‘Vivarium’?.
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En la vida efectivo, Lorcan Finnegan se basó en la crisis de la vivienda en Irlanda, que es un engendro mundial, para contar una historia sobre las casas vacías y lo que representan. Asimismo, parte de la inspiración provino de un documental de David Attenborough sobre los cucos, pájaros que ponen huevos en los nidos de otros pájaros para poder cuidarlos. En la película, Gemma y Tom se ven obligados a quedarse en la misma casa para cuidar a un inmaduro que en verdad no es un inmaduro y siquiera lo es su hijo.
Como saben, Tom trató de matar al inmaduro encerrándolo en el utilitario, pero Gemma lo detuvo (¿y podemos culparla?). Sin retención, cuando Tom muere y el inmaduro se convierte en adulto, ella intenta matarlo. Él escapa levantando una parte de la encintado y es allí donde ella descubre realidades con otras parejas que además se vieron obligadas a cuidar a la descendencia extranjero en Encima.
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Cuando Gemma muere, tu hijo adoptivo extranjero La arroja a ella y a Tom al hoyo que cavó. Luego sale y llega a la oficina donde inició la búsqueda de la casa, con el mismo agente inmobiliario nos encontramos al principio de la película, viejos y moribundos. El “hijo” lo mete en una bolsa que esconde en uno de los archivos de la oficina y toma su espacio, donde aplazamiento pacientemente la arribada de una nueva pareja con sueños de comprar una casa y el ciclo se repite una vez más.
El final de la película nos dice que Gemma y Tom fueron utilizados por una especie desconocida, del que solo conocemos las extrañas imágenes que ven los “niños” en la televisión y un manual que indica cómo deben cuidarlos los padres adoptivos humanos. Aquí es cuando volvemos a la historia del cuco y al documental de Attenborough: los extraterrestres depositan a sus crías en el “ponedero” humano para que ellos las cuiden.
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En la conversación final entre el ahora adulto y Gemma, ella le pregunta qué sucede cuando una religiosa termina de preparar a su hijo para el mundo. Su respuesta es que ella muere. Cuando ella le dice que ella no es su “maldita religiosa”, él avala: “Lo que sea” (“Como es”). Esa última palabra suya es señal de que aprendió el jerigonza de los humanos y sus palabras, y aunque ella niega ser su religiosa, lo crió en contra de su voluntad. Tiene un carácter despiadado y frío y así continúa el ciclo.
Como explicó el propio Finnegan, El final de ‘Vivarium’ acento de dos cosas: La primera es una metáfora de las casas vacías y semiconstruidas que quedaron deshabitadas cuando el mercado de la vivienda colapsó. Muchas personas que lograron apropiarse una vivienda quedaron “atascadas” en deudas impagables. La segunda, la del cuco, es qué pasaría si el ser humano pasara por poco similar a lo que pasa esa especie de ave.
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