O Fiscal Común del Estado considera que conducir Vehículos de Movilidad Personal (VMP), coloquialmente conocidos como scooterssin suficiente solvencia patrimonial y sin contratar un seguro “Se proxenetismo de una irresponsabilidad circunspecto, que pone a las posibles víctimas en una situación de abierta indefensión y que de por sí revela una ademán claramente temeraria”.
En su Noticia, presentado este miércoles 7 de septiembre, con motivo de la tolerancia del año procesal, el Servicio Manifiesto indica que elusuarios de estos vehículos“Encima de encontrarse en una evidente situación de vulnerabilidad frente a vehículos de maduro masa y pandeo, igualmente pueden, especialmente cuando atropellan a peatones, ser sujetos activos de los delitos de homicidio y lesiones corporales.“.
Regulaciones necesarias para “aclarar situaciones”
De esta forma, señala que “crece la privación” de dotar a la circulación de estos vehículos de un situación normativo”claros, perfectamente estructurados y territorialmente armonizados, y ello en beneficio tanto de los intereses y la seguridad de los usuarios de estos vehículos, sin duda vulnerables, como de aquellos que pueden estar perjudicados por las incidencias de tráfico que generan.“.
El documento del Servicio Manifiesto refleja que es una “efectividad comprobable” que un “porcentaje relevante” de ciclistas y usuarios de VMP”no cumplen las normas viales, no es raro que se salten un semáforo en rojo, vayan en una dirección no autorizada e invadan zonas peatonales por donde no pueden transitar, con la mentalidad de que las normas viales no están hechas para ellos, sino para los vehículos a motor“.
“De este modo, no favorecen, sino que dificultan, a veces gravemente, la convivencia ciudadana cuando su presencia es imprescindible y con el fin totalmente contrario de sosegar o pacificar el maniquí de ciudad al que aspiran.”, especifica el Servicio Manifiesto.
Para el Servicio Manifiesto, la descuido de “concienciación del respeto a las normas en un número relevante” de usuarios de VMP y ciclistas en el casco urbano se traduce en “un aventura para ellos mismos y para los demás usuarios de la vía”.
No obstante, la institución igualmente asegura que en un número “no despreciable” de conductores existe “una visión de poca solidaridad de percibir al ciclista y adjudicatario de VMP como un obstáculo a la pretendida exclusividad de los vehículos a motor y actitudes de combatividad y prepotencia en dirección a él”. , tratando de compensar su descuido de seso social con la maduro potencia de su transporte”.