Es un producto orgánico y sostenible que puede ser un gran amigo en el cuidado y lozanía de nuestra piel. Encima de ser un secundario para la higiene corporal, cumple otras importantes funciones.
Originaria de Asia, la porífero porífero se obtiene de dos variantes de plantas trepadoras de la comunidad de las Cucurbitáceas. Hoy se planta en muchas regiones y es muy realizable de obtener.
Aunque su apariencia no es muy llamativa, este producto orgánico es mejor que la mayoría de las esponjas sintéticas, ya que adicionalmente de cuidar la lozanía de la dermis, es 100% biodegradable. Compuesto por una fibra dura y resistente, al contacto con el agua adquiere la suavidad adecuada para afanar la dermis sin dañarla.
Entre sus beneficios, la luffa es un excelente exfoliante natural. La entusiasmo de sus fibras, al ser arrastradas por la piel, eliminan con delicadeza todas las células muertas sin menester de otros productos añadidos.
Encima de ayudar en el proceso de regeneración natural de la dermis, puede ayudar a mejorar ciertas afecciones comunes como el acné, los puntos negros y avisar y eliminar los vellos encarnados.
Cuando nos duchamos y hacemos masajes circulares por el cuerpo con la porífero de lufa, se reactiva la microcirculación. Esto es muy humanitario en el aspecto militar de nuestra piel, ya que puede mejorar las zonas de acumulación de lípido, favoreciendo la reducción de la celulitis y la “piel de naranja”. Además ayuda a mejorar la función del sistema ganglionar y combate la retención de líquidos.
Otra de sus ventajas es que contribuye a la laxitud muscular y ayuda a eliminar las llaves y callosidades que se pueden formar en algunas zonas del cuerpo, como los pies y las manos. La porífero de luffa común es solo para el cuerpo, y si quieres disfrutar de sus beneficios en el rostro, es conveniente pescar unas toallitas elaboradas con su fibra que han sido tratadas para su uso en zonas sensibles.
¿Cómo usar?
Su uso no difiere del de la porífero sintética. Simplemente sumérjalo en agua tibia hasta que se ablande, agregue el lisonja y ligero. Posteriormente de que termines tu desinfección, es necesario que lo enjuagues perfectamente de los restos del producto y lo pongas en un ocupación alejado de la humedad para que se seque, si es al sol, mejor. Con los cuidados adecuados, la luffa dura entre 3 a 5 semanas, luego de lo cual es recomendable reemplazarla por una nueva.
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