El contratista estaba bajo arresto domiciliario por sobornar a oficiales navales para obtener contratos militares e inflar los precios y había colaborado en el procesamiento contra decenas de comandantes navales de parada rango.
El autor intelectual del peor escándalo de corrupción pública en la historia de la Acuarela estadounidense, Leonard Glenn Francis, apodado Leonard ‘El Grasa’, protagoniza una filtración cinematográfica desde que desapareció el domingo de su residencia en San Diego donde cumplía arresto domiciliario. Al punto que tres semanas posteriormente de ser sentenciado por un tribunal, Francis huyó de su mansión en el arrabal Torrey Highlands de la ciudad californiana tras alcanzar cortarle el brazalete electrónico de rastreo que llevaba liado a uno de sus tobillos y desaparecer sin dejar vestigio.
Alertada tras detectar una anomalía en el brazalete, la agencia federal Servicios Previos al Sumario, encargada de supervisar el cumplimiento de la detención, dio aviso a las autoridades policiales quienes, al ascender, encontraron el inmueble vano y descubrieron partes del rastreador dañado. Omar Castillo, el alguacil a cargo del detenido, afirmó que Leonard ‘El Grasa’ tenía tiempo planeando la fuga.
Los pasos fronterizos y los aeropuertos internacionales están en alerta máxima, aunque, según Castillo, es probable que el prófugo ya haya cruzado la frontera sur y se encuentre en México. Leonard Glenn Francis, un contratista de defensa de Malasia que ha estado bajo arresto domiciliario en San Diego durante los últimos primaveras, fue detenido por una dinastía de primaveras de soborno a gran escalera. Entre otros delitos, pagó a funcionarios del gobierno para que hicieran la traza gorda en la supervisión de los contratos de suministro de la Acuarela en ciertos puertos internacionales en Asia-Pacífico.
Leonard ‘El Grasa’ se declaró culpable en 2015 pero solo confesó acaecer regalado $500,000 en sobornos a oficiales de la Acuarela para que enviaran barcos militares a mantenimiento en sus astilleros. Asimismo realizó otro tipo de pagos extras en especias como fiestas sexuales, obsequios suntuosos y cenas ostentosas con el fin de prolongar contentos a los funcionarios corruptos y que le darán influencia y documentación privilegiada en los contratos del Ejército. Francisco y su consorcio de empresas navales asimismo están acusados de cobrar cantidades desmedidas a las Fuerzas Armadas por una serie de pedidos irregulares valorados en 35 millones de dólares.
Según el ‘San Diego Union-Tribune’, los residentes de la próspera comunidad cerrada informaron acaecer trillado camiones de mudanza entrando y saliendo de la casa de Leonard ‘El Grasa’ en los días previos a su fuga. Aun así, a nadie en el arrabal le pareció sospechoso este tráfico de empleados ni lo denunció a las autoridades, pues nadie sabía que el inquilino de la multimillonaria residencia de su arrabal era en verdad un patrón detenido por corrupción. ‘El Grasa’ vivía en un lujoso edificio de cinco habitaciones y siete baños.
Ese mismo domingo, uno de sus abogados llamó a la policía de San Diego más o menos de las cuatro o dos de la tarde para informar que no respondía a sus llamadas ni mensajes de texto. Pidió a los agentes que hicieran una recepción de control domiciliario, ya que el detenido tenía informes de problemas de sanidad. A posteriori de eso, el equipo de defensa judicial de Francis se dirigió al edificio.
La policía y los alguaciles entraron por un portón sin clave a un patio central de la propiedad y encontraron la casa vacía con los restos del brazalete electrónico. A partir de ahí, se informó de la fuga y se desencadenó el Servicio de Alguaciles de San Diego y el Equipo de Búsqueda de Fugitivos, quienes lanzaron una intensa operación de aprehensión de parada perfil. En la operación asimismo participó el Servicio de Investigación Criminal Naval, que lideró el controvertido caso contra Francisco hace más de una período. La policía está rastreando las carreteras estatales y los cruces fronterizos cerca de México para tratar de colocar los camiones de mudanza de la conocida empresa U-Haul que fueron vistos en la mansión.
El harén del rey arrojado
Francis, un ciudadano de Malasia que dirigía su empresa de contratación marcial Glenn Defense Marine Asia de Singapur, fue detenido en una habitación de hotel de San Diego en 2013 como parte de una redada federal. Adicionalmente de obtener compensaciones ilegales y cobrar tarifas excesivas por revisar los barcos que estos soldados le redirigían, ‘El Grasa’ proporcionaba comida, agua y combustible a los barcos de la Armada en el Pacífico que transitaban por Malasia.
A su vez, el círculo de oficiales implicados en el gracia se autodenominaban “El Rey Arrojado Harem”, la “Hermandad” o “Batalla de Lobos” (Lion King Harem, Brotherhood, Wolfpack) y buscaban otros soldados para incorporarlos a su red.cliente.
Según órdenes judiciales que se hicieron públicas a principios de este año, la magistrado federal de distrito Janis Sammartino pidió seguridad las 24 horas en la casa de Francis. Este servicio, prestado por una empresa privada no identificada, fue pagado por el propio imputado. Y no fue un capricho. “El Grasa” colaboró en la investigación federal y testificó en contra de otros involucrados en el complot, incluidos oficiales navales de parada rango. Cuatro de ellos ya han sido condenados y otros 23, incluidos comandantes militares y contratistas, se han ostensible culpables. La sentencia de Francisco está fijada para el 22 de septiembre.
La ubicación de la residencia ha sido durante mucho tiempo un secreto, incluso para el equipo de abogados del patrón, quienes asimismo defienden a otros involucrados en el escándalo. Tres de los hijos de “El Grasa” vivían con él, aunque no está claro si todavía estaban en la mansión el domingo. Ha habido varias crisis médicas, incluido el cáncer de riñón, lo que ha resultado en que el marcado haya sido puesto en osadía condicional y haya estado bajo arresto domiciliario desde al menos 2018.