“Tienes todo mi apoyo. De ahora en delante tus amigos son mis amigos… y tus enemigos son mis enemigos”.
Eso es lo que el capo Joe Colombo le dijo al productor de Hollywood Al Ruddy luego de que este fuera complemento informalmente a la producción de la película “El Padrino” en la fabulosa serie “La Ofrecimiento” (ver tráiler en nuestros sitios web).
La implicación de Colón en la producción de “El Padrino” que analiza la serie (CUIDADO, advierten los expertos: hay exageraciones y falsedades) no solo es divertida, sino igualmente instructiva.
Vamos a desglosarlo, primero el contexto.
La serie pinta a Ruddy como un tipo imparable y creativo. Cumple a la perfección el papel del productor: “Hacer la película a toda costa”.
Resulta que la multitud es insultada por “El Padrino” y rastreo evitar que sea filmada a su estilo: ataques, remesa de ratas muertas al CEO de Paramount internamente del manual de Puzo, etc.
Y detrás de esta “persuasión mafiosa” está Colón.
Ruddy organiza una cita para verlo.
“Me gustas, hombre. Tienes un trasero enorme… pero no puedes hacer la película”, le dice el capo al productor.
“Don Colombo, ya que estoy aquí, ¿puedo darle mis razones?”
Divertido, el Don lo audición.
Ruddy le da un discurso sobre cómo la película alcahuetería sobre las minorías y los abusos del gobierno, la comunidad y la nobleza. Los mafiosos son víctimas.
Y luego dice: “Te invito a deletrear el libreto en las oficinas de Paramount. Si a posteriori de leerlo dices que no hagamos la película, no la rodamos”.
Colón se sorprende y halaga: “¿Quieres que lea el libreto?”
Total, va a las oficinas en una ambiente súper divertida y flamante.
No voy a contar una historia larga: ni leas el libreto, solo pide que la palabra “mafia” no se mencione en la película.
Por supuesto, Ruddy está de acuerdo.
Se rueda “El Padrino”… y luego se convierte en la película más taquillera de la historia, ganando el Oscar a la mejor película en 1973.
Columbus y Ruddy incluso se hacen amigos.
Esta curiosa novelística contiene una asignatura súper valiosa para los negocios, la política y la vida.
A veces, la mejor modo de desarmar a tus oponentes es traerlos a tu equipo. Hazlos parte del esquema. Haz que esta idea que no les gusta se sienta como propia.
Una táctica que puede ser muy efectiva, sobre todo si el oponente es poderoso, ya que los enormes obstáculos que se pueden poner en el avance se convierten en apoyos que pueden ser cruciales.
Tal como sucedió con “El Padrino”.
La Mafia los sacó de más de un embotellamiento.
Y, sin bloqueo, hay que tener cuidado y evaluar muy correctamente a quién se suma al esquema. A posteriori de todo, un pacto con el diablo siempre conlleva el aventura de quemarse (¿no es ese Andrés Manuel?).
Ruddy se arriesgó mucho cuando de alguna modo se asoció con la mafia. Un socio inexacto puede olvidar cualquier esquema.
Pero bueno, la serie pinta esa intrepidez como la última opción. O incorporaron al capo al equipo o no se filmó la película.
A veces no hay otra.
¿Cómo incorporar un adversario a tu esquema?
1. Entienda sus objeciones. Pueden ser objetivos (fríos) o emocionales. Haz tiempo para ello, nunca actúes como Borras.
2. Analiza: ¿qué puedes ofrecer? Crear escenarios y posibles respuestas. Todo lo que gastas planeando es tiempo correctamente empleado. Especialmente en grandes proyectos.
3. Comercio y ajuste. Atención, mantén siempre la persona fría cuando te sientes a la mesa. El que se enfada pierde.
Si no puedes aparecer a un acuerdo, prepárate para la batalla. Prepárese para posibles cuadrículas u objeciones en el camino. El tamaño del oponente determinará tus posibles acciones.
Y, OJO, si has llegado a un acuerdo, si vas a incorporar un “capo” en tu esquema, pregúntate siempre primero: ¿merece la pena?
A veces es mejor retroceder que estar de acuerdo con la escoria.
Posdata. Hablando de capos, Caro Quintero no será extraditado rápidamente. Dom Manuel podrá adormilarse más tranquilo por un tiempo más.
En pocas palabras…
“La voz del diablo es dulce”.
Stephen King
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Twitter: @jorgemeléndez