Godard, el cineasta del espectador

Jean-Luc Godard, fallecido el 13 de septiembre de 2022 a los 91 primaveras, fue un cineasta profundamente paradójico, casi más conocido en el mundo anglosajón que en su Francia originario. Con el paso de los primaveras ha perdido gran parte de su audiencia por la particularidad de su cine, un cine que ofrece una advertencia sobre el cine, un cine para cinéfilos pero además un cine para filósofos, cineastas y críticos.

Su copioso obra es parte inseparable de la nueva ola que surgió a fines de la plazo de 1950, por ejemplo, con la película la china.

Godard pertenece además a una concepción de cinéfilos autodidactas con el descubrimiento del cine, simbolizado por la revista Cuadernos del cine (lanzazo en 1951) y la creación de la Cinémathèque Française en 1936. Este momento simbólico es importante porque forma parte de una época. Pertenece a la primera concepción -Godard nació en 1930- que sabe que la historia del cine se está escribiendo y puede ser informante de ello.

Su surgimiento además coincidió con un momento cultural en la plazo de 1960 que extendió su influencia más allá de Francia. O nueva ola vio el surgimiento de otras nuevas olas, con el nuevo cine polaco o italiano con Bertolucci ningún pasolinientre otros, pero además el cine checoslovaco, brasileño, japonés e incluso ruso (Godard tenía una estima inmensa por parakhdanov).

Hay otro momento crucial en su obra: la época de los 70 u 80 con películas como Salve quien pueda (vida) ningún Pasión lo que despertó un gran interés entre los jóvenes que, como yo, tenían entonces 20 primaveras. Una época a la que siguieron otras obras.

paradojas

En la número cultural francesa, sin bloqueo, Godard sigue siendo un cineasta intelectual. A principios del siglo XXI, el interés por Godard se trasladó al Reino Unido y los Estados Unidos, especialmente entre académicos e instituciones cinematográficas líderes como el British Film Institute y el Lincoln Institute de Nueva York.

Entre los cineastas, su influencia fílmica se encuentra en Terence Davis o el crítico y productor Colin McCabe.

En Francia, en cambio, fue su persona la que entusiasmó a las multitudes más que sus obras. Su personalidad excéntrica, su sentido de la verdad, su simpatía por la humanidades, sus múltiples paradojas además provocaban fascinación y pasión o, a veces, perplejidad.

Su voz era eminentemente política. Godard se inspiró en su época: en mayo de 1968 anunció que cambiaría de vida; cambió de película. Muy activo en el maoísmo francés, trabajó en colectivos y fue instigador, pero además se mantuvo intensamente pro-palestino, como en su película Solo por la triunfo (1971) en la época de Septiembre Infausto o Ici et ailleurs (1974).

Sus posiciones sobre Palestina, de gran radicalismo y robusto antiamericanismo, le valieron fuertes animosidades, pero además dieron ocupación a amigos célebres, como la del intelectual Elie Sanbar. Incluso hoy, su pasión política provoca debates entre académicos franceses como Nicole Brenez o David Faroult.

Esta influencia política godardiana se puede encontrar entre los académicos estadounidenses y británicos más controvertidos de la ahora.

¿Dónde está Godard en 2022?

Godard, que despreciaba las escuelas de cine, tomó clases (otra paradoja) en Fémis, la escuela franquista de cine y sonido de Francia. Pero no es tan obvio encontrar su influencia o su estética en cineastas más contemporáneos. Por ejemplo, Arnaud Desplechin tiene más François Truffaut que Godard. Estilísticamente, un director como Robin Campillo está quizás más cerca, aunque los temas que abordan son muy distintos.

Jean-Luc Godard nunca contrapuso la ficción al documental. Para él, una película debe hallarse antaño de escribirla y filmarla. Es un documental con actores, el personaje se filma primero “documental”; esta es la secreto del cine de Godard, su marca registrada.

Pero este concepto de cine es difícil de encontrar hoy en día, simplemente porque la idea de cine de Godard es parte de la del cine de una época, el siglo XX.

Por lo tanto, para entender el poder de su cine, uno tiene que mirar su obra maestra, en mi opinión, su historia(s) del cine (1988-1998), homenaje y monumento funerario al cine.

Marc Cerisuelo, profesor de estudios y estética del cine, director de la UFR LACT, Universidad Gustavo Eiffel

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el flamante.

La conversación

Leave a Reply

Your email address will not be published.