Chamán sexy del Valle de la Crimen | UNIVERSAL

Cuatro niñas jugando en el desierto del Valle de la Crimen, filmadas por un David Lynch risueño y poco emocionado. Emily, la cantante, se mueve y se agarra del pelo, añorando el acto sexual, estando enamorada, iluminándonos con su vistazo, pero golpeándonos primero. Lo acompaña Theresa, su amiga de la infancia, con quien recorre Estados Unidos y el mundo; guitarrista y asimismo cantante es un maniquí, un poco distraído, un maniquí con un poco de resaca y ojeras, ondulado, un poco achicopalado. Encaja perfectamente con la belleza del mundo, en la belleza de California con sus estrellas fugaces y sus mujeres siendo asesinadas en la calle. En un pequeño altar, la virtuosa Jenny Lee, muy buena bajista y morena risueña, que se funde con su bajo y deja que el derrota mueva su vestido amplio, su atuendo espiritual. Es el bajista que toda pandilla legítimo quiere tener, como Flea, tal vez me quede con Jenny Lee. Y detrás, como un peñasco, está Stella, la habilidosa baterista que sostiene al comunidad, el pulpo; con la cabecera gacha, con las antiparras de sol puestas, no queriendo parecer como suele ser un baterista, pero sabiendo que sin él los demás quedarían como en el canción. Si a cierto no le gusta lo que hace la pandilla, no puede aseverar que no le gusta el ritmo de Stella. Ellos son Warpaint, una pandilla con 18 abriles de trayectoria que acaba de divulgar su nuevo disco. Además te puede interesar: Pies mojados y existencialismo alegre

Así los imagino, así los veo en mis sueños lynchianos. Warpaint, la pandilla formada por Emily Kokal, Theresa Wayman, Jenny Lee Lindberg y Stella Mozgawa, representa correctamente la ciudad donde nacieron como comunidad: su ciudad es hermosa, pero un poco oscura; es ancha, como ir por una carretera; es pop, pero asimismo profundo. Sin duda genuinos, lo que hacen puede deleitar o no, pero es muy personal, no pretenden rivalizar a nadie y eso en estos días es difícil de conseguir. Algunos conocedores del rock elogiaron a Idles, por ejemplo; Las bandas británicas son fuertes, pero me recuerdan mucho a Sex Pistols, The Clash, Dead Kennedys. Soccer Mommy asimismo está de moda, y sí, lo tiene; Sophie Allison es encantadora con su medio ambiente depresivo e ingenioso, pero lo poco que he aurícula de ella me recuerda al indie de los 90, incluso a los éxitos del portafolio Now, que verdaderamente me importan. Warpaint, en cambio, no suena como nadie, verdaderamente metieron su influencia en la licuadora y esta música sale de un desierto, que es desierto y playa a la vez. Y canción, y música.

En mayo de este año, se lanzó Radiate Like This, su extremo portafolio. La más melosa, atmosférica, incluso buena para conciliar el sueño. Algunos críticos traviesos de Pitchfork.com dicen que Warpaint puede ser una pandilla para tumbarse o una pandilla para hacerte tumbarse—y hay más críticas implacables de Pitchfork of Warpaint, de parte de estos niños implacables, eso no tiene precio—; este album es definitivamente relajante, y tiene muy buenos momentos, y otros para olvidar, tan sutiles que desaparecen. Pero volvamos un poco a la historia: su primer EP, Exquisite Corpse, producido por Jake Bercovici en 2007, tuvo un heredero post-punk denso como Joy Division o The Cure. Video de Stars, primera canción, hermosa; las tres chicas al frente están caminando por el bosque con vestidos blancos, abrazándose, besándose, etc. Y en la pagaré, unas pocas líneas podrían definirlo: “Brillamos en la oscuridad, así es como lo hacemos / Al igual que las estrellas en tu techo que te ponen a tumbarse posteriormente”. Y sí, estoy de acuerdo, son estrellas de Los Ángeles en el techo de mi tercer mundo. Y los críticos de Pitchfork estarán encantados de pelar el rock por aquí, así que, para cierto como yo, lo que se acento en el suelo helado es posteriormente de todo una preeminencia, y es un consuelo. No me malinterpreten, aquí hay algunos verdaderamente buenos, pero pocos.

The Fool 2010, su primer larga duración, siguió un desprendido expansión post-punk. En este disco llega la baterista australiana Stella Mozwaga para darle fuerza al comunidad; A excepción de de la depósito, destaca el bajo de Lindbergh, muy Peter Hook, muy Manchester. Las canciones asimismo recuerdan un poco a The Smiths, pero sin la calidad de las cultura de Morrissey; difícil.

En la pagaré está la melancolía, el anhelo de acto sexual, la incomprensión, la esperanza, la confusión sentimental de la mocedad que puede durar toda la vida.

Warpaint de 2014 tuvo dos éxitos: el conmovedor Keep It Healthy y Disco/Very, que te hizo bailotear y tildar a la querella, estableciendo una postura agresiva para la pandilla; ahí están y vienen para quedarse. En caudillo, creo que es su portafolio más débil. En Heads Up 2016 la pandilla consolida su refinada originalidad en trabajos anteriores, hay una buena mezcla de ritmos de hip hop, armonías de trip hop (ya en Warpaint), guitarras acústicas un poco rotas, del pop. Es su portafolio más pop, más comercial, pero aguanta congruo correctamente. La pandilla de Los Ángeles es versátil, experimenta, a veces triunfa, a veces no tanto.

Radiate Like This es su portafolio pospandemia. Cada una aportó desde el confinamiento en su casa, las dos testaferros se reunieron varias veces, pero casi todo se hizo a distancia, individualmente, adicionalmente fueron separadas porque ahora viven en ciudades diferentes. Sin incautación, el disco transmite dispositivo, hermandad; y la pagaré pira a ser uno con el universo, uno con las fuerzas de la naturaleza, dejando de flanco el ego y rindiéndose al acto sexual universal. Esto es más posible de aseverar desde la comodidad del primer mundo, por supuesto, pero sigue siendo muy válido. Este disco tiene grandes canciones, destaco Champion y Stevie; Meltdown tiene cultura hermosas y conmovedoras; Send Nudes es verdaderamente sexy, se puede usar para anuncios publicitarios, aunque no es del todo convincente. El portafolio tuvo éxitos, pero no creo que terminara pegando un “jonrón”; el más cercano es Meltdown. Se puede aseverar que es un disco de pop-rock hecho por las madres de grupo, algunas chicas lo han hecho. Y uno se pregunta si la religiosa de grupo debe rockear, si es sólo una cosa de adolescentes —se pregunta amablemente el ingenioso y astuto Rodrigo Fresán en uno de sus artículos—; Creo que sí, que las mamás pueden hacer rock y heavy metal y trash-black metal, y los abuelos asimismo. Lo importante es que lo que hagas tenga calidad. El material de Warpaint tiene calidad, aunque uno retraso más, uno está esperando un cuadrangular; Sin duda tiene mucho trabajo, disciplina de niña-madre.

Podemos aseverar que la discografía de Warpaint va desde una cólera post-punk ingeniosa y un poco deprimente, desde la neurosis de un individuo confundido en The Fool, hasta una sobriedad adulta, un alucinación espiritual, superación del egolatría y fusión con la belleza del mundo. universo en Radiate así. Paradójicamente, el primero es en mi opinión mejor portafolio que el segundo, por lo que la pregunta del párrafo preliminar sigue siendo válida. Pero las bandas tienen que convivir con poco, y su buen y mal trabajo y aún así ser aceptadas porque esta vida tan complicada requiere música. Y el rock, porque el reguetón se apoderó de todo, invadió nuestras pobres almas. Y llegados a este punto el leyente, si ha llegado hasta aquí, se preguntará, ¿por qué escribir sobre una pandilla controvertida, que no convence a la crítica? ¿Por qué destacarlo por encima del resto en el amplio mercado de YouTube y Spotify?

Porque Warpaint es una pandilla con una historia que ha aguantado muy correctamente. Porque las mujeres buscan la originalidad y la encuentran. Como tienen mucha fuerza vivo, ahí radica su fuerza. Juntos eran dinamita, fue el cuarteto de rock más armonioso durante muchos abriles; cada una aporta lo que tiene que aportar sin demasiado egoísmo, y eso asimismo transmite feminismo, sentido de comunidad, superación del patriarcado; los gorilas golpeándose el pecho dicen yo, yo y yo. Porque es una pandilla de trabajo, porque es una pandilla que se escapa de la inmediatez de los tiempos, canciones pegajosas de tres minutos. El pop-rock es de tempo flemático, progresivo, hablador para los entendidos, a veces difícil de entender, pero si tienes paciencia, lo agradeces; y podrá unirlas, las semidiosas del desierto, y con el universo. Con la naturaleza triste del cambio climático, pero no pierde su belleza como estas chicas cautelosas de Los Ángeles. Larga vida a Warpaint, que sigan funcionando, que se conviertan en madres creativas que mucha clan quiere tener. Que sigan siendo estrellas en la oscuridad de hoy, una oscuridad demasiado brillante; Que sigan iluminando mi techo, las “estrellitas de plástico” de Los Ángeles, en su estuche de plástico antiplástico de incorporación calidad y durabilidad.



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