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“Si no hay transición energética popular, no sirve de nadie” – ANRed

Argentina produce actualmente dos variantes de litio, cloruradas y carbonatadas, cuyo destino es el mercado foráneo. Créditos: Econojournal

El doble Moreno Fornillo destaca la condición de que Argentina regule la cuna de capital y sostiene que la acumulación capitalista es el problema central. Por Luciana Mazzini Puga (Agencia de Informativo Científicas UNQ).


Según el Foro Interuniversitario de Expertos en Litio, Argentina es el cuarto productor mundial de este aspecto químico. Encima, pegado con Bolivia y Pimiento, forman el “Triángulo del Litio”, ya que concentran el 65% de las reservas mundiales (en el caso franquista, las reservas se encuentran en las salinas de la Puna). Si acertadamente esto podría significar una posición ventajosa para los países sudamericanos, y en peculiar para Argentina, la miembro del Foro y Doctora en Ciencias Sociales (UBA), moreno fornillo, explica a la Agencia de Informativo Científicas UNQ que esto “dependerá de la conducta del gobierno”. “La presencia de grandes corporaciones extranjeras en el país y la descuido de regulación estatal hace que gran parte de este solicitud se exporte a países centrales. No va a ser una cosa que la transición energética tenga espacio en el finalidad general y el hemisferio sur esté condenado a ser una zona de sacrificio. que lo único que hace es exportar”, dice el doble.

El litio es considerado clave para los países que cuentan con grandes reservas y para la búsqueda de una transición energética, ya que este se puede utilizar en espacio de combustibles fósiles y así aumentar los esfuerzos para compendiar el calentamiento general. Actualmente se implementa en la producción de baterías recargables de iones de litio, que suministran electricidad a los vehículos (la industria automotriz es la más ancho del planeta) a partir de fuentes de energía renovables, reemplazando así a los combustibles fósiles. Encima, oportuno a que es más rijoso que otros metales, puede estilarse en tratamiento de vendaval, baterías, cerámica, vidrio, metalurgia, productos farmacéuticos y polímeros.

Sin bloqueo, en el caso franquista, el solicitud es explotado como un mineral popular desde la división de 1980, y su cuna se ha intensificado desde el año 2000, todo bajo un esquema político neoliberal que facilita la presencia de grandes empresas extranjeras en zonas costeras.

La norma se fundamento en el artículo 124 de la Constitución Doméstico, que establece que el dominio del litio pertenece a los gobiernos provinciales y no al estado franquista, lo que permite otorgar concesiones según la voluntad de cada dirigente. Encima, además rige el Código de Minería (Ley 24.585), que facilita la comercialización de minerales. Por otro banda, además se aplica la Ley de Inversiones Mineras, que otorga a las empresas estabilidad fiscal por 30 abriles, que va desde impuestos directos, tasas y contribuciones tributarias hasta derechos, aranceles u otros impuestos a la importación o exportación a nivel franquista. , provincial. o municipal. En definitiva, la cuna y explotación del litio no está regulada por el Estado Doméstico ni es considerado un “solicitud clave”.

La partida de control franquista y la flexibilidad legislativa hacen que las empresas extranjeras exploren todo lo que quieran y se lo lleven a sus países; de hecho, “Muchas veces pasa que se exportan a muy bajo precio, perjudicando a la Argentina”. Actualmente hay cincuenta proyectos en los países centrales que se encuentran en período de exploración y dos minas de litio en operación. “No tenemos una política soberana en Argentina y eso nos deja en una situación muy mala, ¿les beneficia mucho a ellos, verdad? Ningún”, comenta Fornillo.

¿Algún puede pensar en el ecosistema?

En términos ambientales, la técnica evaporítica de cuna de litio afecta gravemente al ecosistema de dos formas: el consumo excesivo de agua y la constante producción y disposición de desechos. Incluso las salinas corren el peligro de quedarse sin agua, lo que pone en alerta al ecosistema en su conjunto.

Respecto a las comunidades, Fornillo declara que “son vistas como una especie de obstáculo que de alguna guisa hay que templar. Se encuentran en una situación asimétrica de poder en relación con los gobiernos y corporaciones provinciales y nacionales y, por lo tanto, son constantemente ignorados”.

El problema de la ecodependencia

Fornillo destaca que debe sobrevenir suficiente sustentabilidad para todo el planeta y no solo para un solo hemisferio. “Si seguimos generando exploración y exportación a los países centrales y no pensamos en el hemisferio que ocupamos, se producirá una eco-dependencia y solo seremos zonas de sacrificio”, dice el habituado.

Encima, afirma que no se puede seguir pensando el consumo y la productividad de la misma guisa que se piensa actualmente. “No se alcahuetería de cambiar una flota de vehículos fósiles por una eléctrica y tener miles de millones de coches eléctricos, sino de tener lugar a otro horizonte, donde nos desplazamos en transporte conocido o en movilidad compartida. De lo contrario, seguiremos consumiendo constantemente para que cuatro Semanas Santas se llenen de efectivo y el resto de la sociedad viva más o menos”, subraya Fornillo.

Y enfatiza: “Debemos utilizar los capital en una perspectiva ligada al bienestar de la población y no a la acumulación de ganancias.. La desigualdad en la distribución es la pulvínulo del sistema de acumulación capitalista, que es lo que básicamente crea los desastres socioecológicos contemporáneos.. El litio debe estilarse para una transición socioecológica popular, para todos”.

Fuente: https://agencia.unq.edu.ar/?p=7238



¿La revolución del litio?: «si no hay una transición energética popular, no sirve de nada»

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