El cine es un negocio, pero hay productoras y estudios que se esfuerzan por mejorar la calidad de sus productos y asimismo hay otros a los que no les interesa lo que presentan en pantalla. Un ejemplo consumado de esto es la nueva comedia romántica mexicana de Netflix “¿Cuál es la desliz del karma?”, dirigida por Elisa Miller y protagonizada por Aislinn Derbez (“Hazlo como hombre”), Gil Cerezo y Renata Notni (“Una Navidad no es tan ocurrente”). ”), una película que pretende ser fresca, divertida e innovadora pero que al final resulta simple y conveniente olvidable oportuno a sus bajos títulos de producción.
“Cuál es la desliz del karma” cuenta la historia de Sara Escribano (Derbez), una adolescente mexicana que desliz de su “mala suerte” a su hermana Lucy (Notni) y a su fiesta de cumpleaños número cinco, la misma en la que Sara apagó las velas. el pastel de su hermana mientras prometía “asegurar todos sus deseos para siempre”. A partir de ese momento, la vida de la adolescente no ha sido practicable y las cosas se complican aún más cuando recibe la invitado de sus padres (interpretados por Mauricio García Frondoso y Carmen Madrid), quienes atraviesan una crisis matrimonial, su novio (Giuseppe Gamba), a quien no ve desde hace más de un año, y su hermana con su prometido (Cerezo), un célebre cantante y antiguo enamorado de Sara en el instituto. Así, entre su mala suerte, las cenizas de un bienquerencia truncado y unas complicadas relaciones familiares, Sara deberá desenvolverse en la vida tratando de que su “mal karma” no afecte a los demás.
La película es en ingenuidad la traducción mexicana de la película española “No culpes al karma de lo que te pasa porque eres un pendejo” (nominada al Premio Goya a Mejor Vestuario en 2016), que a su vez es una acomodo de la obra del mismo nombre, escrito por Laura Norton, y adolece de los mismos problemas recurrentes que el cine comercial mexicano: el libreto, a pesar de tener un material fuente conveniente sólido, es inconsistente, el ritmo y la estampación son prácticamente inexistentes, y el La concierto es de mala en mala, terrible, lo que refleja la poca química entre los actores. Todo esto afecta el producto final, dando como resultado una película opaca y sin brillo.
La historia tiene potencial (la traducción en gachupin lo demuestra), pero aquí muchas cosas se dan por sentadas o simplemente se ignoran. Por ejemplo, Sara supuestamente tiene grandes dotes como diseñadora de moda y caldo a Mérida (la ciudad donde transcurre la película) en averiguación de inspiración, pero nunca vemos nulo de eso: no hay nulo en la personalidad del personaje, en su vestuario, o en sus acciones respaldan esta función; los personajes le dicen esto a la cámara, pero nunca queda claro. Con el “mal karma” de Sara pasa lo mismo: deje de su mala suerte y de como todo en la vida le sale mal pero esto no se demuestra en ningún momento, el personaje no se ve afectado por estas supuestas malas cosas y su gran problema para resolver es ver a su novia de la escuela secundaria retornar como el novio de su hermana. Este es tu mal karma.
Por otro flanco, hablando de detalles técnicos, la película carece de continuidad espacio-temporal: los personajes pueden estar hablando en un bar sobre querer adoptar un hijuelo, corta, los vemos cantando en un puesto de perritos calientes. Al principio cuesta seguirlo por esos cambios repentinos de atmósfera, de temporalidad (que nunca se establece) y de vestuario (hay ocasiones en que un personaje cambia de ropa de un atmósfera a otro). La película siquiera tiene planos fijos y es difícil asimilar dónde estamos: aunque transcurre en Mérida, Yucatán, solo hay dos planos aéreos de la ciudad, un triste monumento y unos manglares (que está claro que no eran t). los actores porque la cámara adquiere una perspectiva en primera persona con las voces de los protagonistas).
La construcción de su mundo es improbable porque, supuestamente, la hermana de Sara es una maniquí súper famosa y su novio un músico con varios premios y récords en su carrera pero los vemos caminando por las calles, bares y restaurantes como cualquiera, sin legiones de fanáticos detrás, despreocupados de toda su vida y de quiénes son. Asimismo, todos estos escenarios están vacíos, no hay gentío y me hace pensar que la producción ni siquiera se molestó en apañarse extras.
Al final, “¿Cuál es la desliz del karma?” olvida su conflicto principal (que tiene una resolución en la que no interviene la protagonista) y acaba queriendo dar una especie de aviso sobre el bienquerencia descendiente entre los personajes de Sara y Lucy pero que no funciona porque a Elisa Miller le importa más que al espectador ves cosas que suceden en la pantalla a medida que se desarrollan tus personajes y eso le quita mucho peso a la catarsis de la historia.
“¿Cuál es la desliz del karma?” Termina siendo una película hecha sin voluntad, probablemente por monises y para cumplir la promesa que hizo Netflix de exhalar contenido llamativo todas las semanas del año. Ni la historia, ni los personajes, ni la película en sí están perfectamente construidas y esto da como resultado un producto olvidable atiborrado de disparates, conveniente predecible y soporífero para los espectadores.
“¿Cuál es la desliz del karma?” ya está acondicionado en netflix.