Al coincidir las elecciones estatales con las federales, el proceso circunscrito se condicionó a la coyuntura electoral federal, haciendo más engorroso el camino para obtener un cargo de dilema popular. Esto ya sucedía con los diputados federales, especialmente en los distritos urbanos del estado, donde los ganadores eran los que figuraban en la papeleta unido con la fórmula del candidato que finalmente ganó la presidencia de la república. En muchos casos, incluso los candidatos que no hicieron campaña ganaron.
Tomemos el caso de la ciudad de Puebla. En las elecciones de 2013, con una billete del 43,8%, el candidato de la alianza liderada por el PAN con 254 mil 546 votos (51,8% de los votos) se impuso al candidato del PRI-PVEM que obtuvo 209 mil 478 votos (42,6% ). Junto a señalar que la billete electoral fue pérdida, casi seis de cada diez votantes se abstuvieron de participar, quizás porque es una dilema de medio término, donde solo votan alcaldes y diputados locales.
En 2018, con elecciones simultáneas; presidente, senadores, diputados municipales y federales, gobernadores y alcaldes, la billete electoral ascendió al 67,5%, más de 20 puntos por encima de la registrada en 2013. El candidato de la alianza Morena con 343.098 votos (48% de los votos) superó al candidato del PAN que obtuvo 253 mil 384 votos (35,5%). Junto a señalar que los candidatos a diputado de la coalición Morena tomaron todos los distritos de la ciudad, y que Andrés Manuel López Taller obtuvo una elocuente trofeo tanto en la ciudad como en la entidad.
Una vez más, cerca de señalar que la billete electoral aumentó significativamente, casi siete de cada diez votantes decidieron participar en este proceso, y que los más de 20 puntos porcentuales de billete se tradujeron en votos a atención de los candidatos de Morena, un voto de cambio en este proceso electoral.
Finalmente, la dilema de 2021, concomitante con la dilema de diputados federales, tuvo una billete electoral de 44,3%, de hecho, muy cercana al 43,9% de 2013. El candidato de la coalición PAN-PRI ganó con 295.262 votos (53,6% de los votos). votos), mientras que el jefe de Morena, que buscaba la reelección, obtuvo solo 177.567 votos (32,3%). Casi la centro de los votos recibidos en 2018. Junto a señalar que esta billete fue muy similar a la de 2013, y esta afluencia es la que permite que un candidato llegue a la presidencia municipal con unos 250 mil votos, pero es insuficiente cada vez que coincide con la dilema presidencial, tal como lo será en 2024.
Sin duda, la tendencia franquista actualmente favorece a Morena. Pero cero está escrito, ya que podría activo quiebres en Morena, lo que llevaría a un cambio de preferencias electorales. Imagínense que Ebrard, al no ser electo como jefe de Morena, renuncie a este instituto político para encabezar una alianza de partidos de concurso. Ciertamente tendríamos un contexto más competitivo, y una candidatura de Morena ya no garantizaría la presidencia municipal de la hacienda de Puebla, porque como vimos en 2018, la billete electoral en la dilema presidencial se incrementa con un voto de cambio.