A principios de semana recibí una llamada avisándome de un trágico incidente en Madrid: “Un chico fue asesinado a tiros en Villaverde. Todo apunta a una nueva venganza entre bandas”, me dijeron. Se trata de William, un joven de 15 años que fue asesinado a balazos mientras conversaba con sus amigos en el parque frente a su casa, y cuyo sueño es ser ingeniero. “
Es un chico normal», aseguraba su abuelo Ramón en la tele que su nieto podría ser trinitario. «Él no es así, es un chico serio», insiste desde entonces.

El abuelo de William, menor asesinado a balazos en Vuillaverde, habla con Diego Losada en ‘En boca de todos’
Sin embargo, una investigación policial señaló a un integrante de la organización Dominicana No Juegues (DDP), también menor de edad en la zona, como autor material de este sangriento crimen. William, como posible simpatizante del grupo rival, fue utilizado como una herramienta más en esta vendetta mortal.
De confirmarse la principal suposición de la policía, sería la quinta muerte a tiros por parte de un pandillero en un barrio madrileño en 2022.

Momentos después de que William fuera rescatado tras ser asesinado a tiros cerca de Villaverde en Madrid
Cifras manteniendo activas todas las alertas ante posibles nuevas represalias y ajustes de cuentas entre el DDP y los trinitarios. Por cierto, no estarán por mucho tiempo. Alguien ya le ha avisado en las redes sociales. “Pagarán por ello, ojo por ojo, diente por diente” o “sangre por sangre”, decían algunas de estas publicaciones.
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Porque no nos engañemos, estas bandas se comportan como verdaderas organizaciones criminales, reclutando niños como soldados para cometer todo tipo de delitos, incluyendo matar personas, desde machetes hasta balas.
Grudge puede convertirse en un veneno mortal cuando carga un arma. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de erradicarlos por completo.

banda juvenil en madrid
No podemos permitir que nuestros hijos caigan en manos de quienes se consideran líderes de la manada que llaman familia, cuya función es darles una falsa sensación de seguridad y protección a cambio de una lealtad extrema, aunque eso signifique quitarles la vida. el llamado enemigo

Pelea entre bandas latinas en Alcorcón
Si permitimos que los verdugos arraiguen en nuestras comunidades, las víctimas solo tendrán dos opciones: o no ir a esos parques y por lo tanto dejar de socializar en el momento que lo necesitan, o tratar de mantener una buena relación con ellos. Esto último conlleva un riesgo: ver a estos monstruos como personas, no como asesinos.