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¿Cómo es la infancia que vivió el terremoto y la pandemia?

Los menores de vida de México enfrentaron dos eventos importantes: el terremoto del 19 S y la pandemia, que en algunos tuvo consecuencias en su sanidad mental.

Beatriz Gaspar / La cinta

Cuando llega septiembre, se encienden las alertas de los hermanos Luis y Marcos, de 10 y 7 primaveras, respectivamente. Aunque han pasado cinco primaveras desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017, las sensaciones que vivieron ese día los dejaron con TEPT, dice su principio luego de llevarlos a terapia.

Susana, su principio, le dijo Registro de forma anónima lo que vivieron sus hijos durante el terremoto y cómo la pandemia de Covid-19 de 2020 igualmente afectó su sanidad mental.

Cayeron como legos

En 2017, Susana y su tribu vivían en el cuarto pavimento de un edificio en la colonia Roma Sur de la Ciudad de México (CDMX). Sus hijos estaban en preescolar, el decano en tercer nivel y el beocio en primer nivel, en una escuela a 15 minutos a pie de su casa.

Aquel 19 de septiembre la rutina era como todas las mañanas: levantarse, desayunar, cambiarse de ropa y aceptar a los niños al colegio.

“Eran los primeros días de clases (para el hijo beocio), entró muy contento”, cuenta Susana. Esa mañana, volvió a su habitáculo para obtener un título en raya. Pero a las 13:14 un seísmo de 7.1 grados en la escalera de Richter sacudieron a los estados de Puebla, Morelos y CDMX, en el centro del país.

“Primero fue como un susto muy esforzado, instintivamente y porque días antaño había un seísmo en la tenebrosidad, tomé las llaves y el celular que estaban sobre la mesa y Salí corriendo“, memorar.

Posteriormente de balbucir con sus padres y su marido, volvió al habitáculo a apañarse su bolsa y fue a acopiar a sus hijos a la escuela. Cuando llegó al rosaleda de infantes, vio que el patio donde siempre entregaban a los niños estaba ahíto de escombros del edificio al costado de la escuela. recuerda que hubo histeria colectiva y la entrega de menores era complicada.

El primero en salir fue Luis, su hijo decano. “Tiene los fanales grandes, pero ese día salió con los fanales más grandes de lo frecuente, pero sin proponer falta, en choque; el chaval lloraba; Los abracé y nos fuimos”, dice.

Luego de apañarse un extensión para engullir con los niños y poder balbucir nuevamente con la tribu, quedaron en encontrarse en la Plazoleta de Mariscal, en el judería Valle, a unos dos kilómetros al sur del judería donde se alojaba.

durante el alucinación tus hijos no dijeron faltapero días posteriormente contaron lo que pasó el día del temblor: los metieron debajo de las bancas porque el edificio de al costado se empezó a resquebrajar y al punto que cesó el temblor sacaron a los niños por una ventana de la escuela, una casa vieja , porque los restos cayeron a la salida.

“Mamá, caían como legos, se caían los ladrillos”, dijeron sus hijos, que estaban asombrados por el ruido y el “humo blanco” de los escombros.

Pero esas escenas no fueron las únicas que los impactaron. Durante el trayecto en torno a la Plazoleta de Mariscal notaron edificios caídos y personas exterior de sus casas y otros caminando. “Según yo, no notaron falta cuando volvimos a casa, pero vieron todoSusana recuerda.

Luego de un terremoto o algún otro tipo de desastre natural, la población puede sufrir trastornos psiquiátricos tanto a corto como a mediano plazo, que van desde agudas crisis de estrés y ansiedad en las primeras horas; tristeza, pena y nerviosismo en el primer mes; trastorno de estrés postraumático (PTSD), depresión y extralimitación de sustancias en el interior de dos a tres meses, y depresión y aventura de suicidio en el interior de tres a 12 meses en sus extremos. Así lo indica el estudio “Impacto de los sismos de septiembre de 2017 en la sanidad mental de la población y acciones”, de investigadores del Instituto Franquista de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (2018).

Pero estas perturbaciones no ocurren automáticamente, Hay factores de aventura, incluyendo si la persona es más verde, el nivel de exposición al evento, si tiene trastornos mentales previos, características de personalidad, nivel socioeconómico, nivel educativo y estado de especie minoritario. En México, se estima que la sanidad mental representa el 16% de todas las enfermedades.

En cuanto a las escuelas, en la Ciudad de México, 65% de las 2.800 escuelas primarias (preescolar, primaria y secundaria) sufrieron algún tipo de daño y más o menos de 20.000 escuelas en todo el país resultaron afectadas, según datos del muerto Instituto Franquista de Infraestructura Física Educativa (Inifed).

El terremoto causó estragos y cambió la vida de muchas familias. la de Susana no volvió al unidad donde vivían, se mudó a la Alcaldía de Tlalpan, cambió de escuela a sus hijos y todos adoptaron nuevas medidas preventivas, como tener una maleta con documentos, celulares siempre cargados y llaves colgadas de la puerta. Dos o tres meses posteriormente del terremoto, se reflejaron los mercadería en la sanidad de sus hijos.

Mientras Luis estaba en la escuela nueva y hacían su trabajo de bloques, se levantaba y gritaba frente a sus compañeros: “¡Y caldo el temblor!”. sacudiendo la mesa y volcando las cosas de todos.

“Fue como exorcizar lo que había vivido”, dice Susana, como buscando una explicación.

A todos los lugares que visité por primera vez, el chaval comprobó las rutas de desocupación y expectativas de emergencia. “Estaba pensando, ‘Mamá, ¿es este un extensión seguro? ¿Encontrar los muros de contención para mí?’ Era muy evidente que tenían miedo”, dice.

Con Marcos, el más verde, era más difícil de detectar. “Al principio pensamos que no era tan consciente de lo que había sucedido., pero cuando estábamos en un parque y estaba a punto de principiar a rociar y soplaba un derrota esforzado, él empezaba a lamentar desconsoladamente, le daba un ataque de pánico y gritaba: ‘¡Vamos, por valenza! ¡Vamos allá!. El mar y el derrota de la playa lo aterrorizaban, no quería ir al cine, tenía terror de estar encerrado en un extensión, sentía el presente de cuando estaba en la sala”, explica Susana.

Antiguamente de designar la nueva escuela, los dos le pidieron a Susana que los matriculara en uno que no tuviera muchos pisos o fuera de un pavimento. En su nuevo plantel, recibieron orientación de un tanatólogo que habló con los padres y les recomendó presentarse el antiguo unidad para terminar el ciclo. Además les dio técnicas para trabajar con niños. y los docentes reforzaron el tema de los sismos en el salón de clases para absorber lo sucedido y realizaron muchos ejercicios.

Además, Susana los llevó a terapia durante unos ocho meses.. Ahora, cada vez que sus hijos escuchan la alerta sísmica, “saltan en un segundo y buscan un extensión seguro”, dice. Durante el terremoto no hablan mucho y prestan atención a todo, pero cuando eso sucede, revisan el edificio y dicen: “Mamá, ese pelo no estaba”, como si buscaran nuevas grietas.

“En ese momento, cuando está presente el macrosimulacro, él (el decano) se pone ansioso, empieza a no acostarse admisiblemente o tiene dificultad”, dice. El psicólogo explica que Como es la aniversario de partida, es muy frecuente tener periodos de ansiedad, Como parte del proceso, llegará un momento en el que ya no recordarás.

niños y covid

Laura Delgado, psicóloga social especializada en evaluación con experiencia en procesos de intervención y trabajo comunitario, explica que ya había una deuda con la sanidad mental de los niños en México desde antaño de la pandemia, “pero (el covid) hizo más visibles los vacíos que ya teníamos, como errata de estructura, problemas con la atención en las primeras líneas de contacto, errata de especialistas, pocos ambulatorios y los hospitales psiquiátricos son pocos , de estos más o menos del 3% atiende a niños.

“Tenemos un problema, pero todavía no sabemos el tamaño, los números al punto que comenzarán a encontrarse. Hay retos muy grandes de atención psicológica emocional para toda la población”, enfatiza.

En México, la Indagación Franquista de Vigor reveló que, en 2020, mil 150 niños, niñas o adolescentes decidieron suicidarse; un promedio de tres casos por día y esta causa de crimen aumentó en la principio y adolescencia durante la pandemia.

El 39% de las familias en México con niños y adolescentes reportaron síntomas severos de ansiedad en mayo de 2020, y en octubre de 2021 esto ha disminuido a 25%, según la indagación ENCOVID-19 Resultados de la Infancia mayo 2020 a octubre 2021 realizada por Naciones Unidas Fondo de la Infancia (Unesco).

El deporte indica que la pérdida del trabajo de los adultos, la reducción de los ingresos, la mala alimentación y el cambio de la dinámica llano afectaron los síntomas de ansiedad en los hogares mexicanos.

delgado dice tienes que ver lo que está pasando con los menores que vivieron el terremoto de 2017 y enfrentaron un nivel de estrés muy stop y luego el toril porque muchos ya estan en la pubertad y adolescencia.

“Muchos de los riesgos de tener problemas de suma están en los adolescentes. La forma en que esto afectará a la sociedad es que a estos niños y adolescentes hoy no les va admisiblemente y que serán adultos que eventualmente no tendrán el nivel de bienestar que requerirían para desarrollarse de guisa óptimaadecuado y saludable en el día a día, y eso interfiere en todas las áreas de tu vida”, explica.

Además destaca que la pandemia ha dejado claro que los docentes necesitan otras habilidades como alabar primeros auxilios psicológicos.“Vale la pena repensar su formación para poder alabar primeros cuidados y luego derivar a especialistas”, dice.

Susana considera que su tribu tuvo suerte porque ni el terremoto del siglo XIX ni durante la pandemia perdieron familiares. Aunque ese trauma se quedó con ellos, la pandemia igualmente desencadenó otros factores, sobre todo en el decano y en el manejo de las emociones, pues se irritaba cuando otros niños se le acercaban.

“Durante la pandemia el era el que estaba en terapia, me quedé con todo, estaba más aprensiva”, dice Susana. A tu hijo beocio solo le molestaba estar remotamente de sus amigos.

¿Cómo sé si mi hijo tiene PTSD y cómo puedo ayudarlo?

Delgado comenta que una forma de detectar si los niños tienen trastorno de estrés postraumático es observar si ciertos comportamientos cambian. o cazar otros que no son típicosespecialmente cuando el evento se ha ido, es proponer, si persiste durante más de un mes, como por ejemplo:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • reluctancia
  • Cambios en la dieta: engullir demasiado o muy poco
  • Irritabilidad
  • Morderse las uñas o tirar del trenza

Lo que se debe hacer es proseguir la calma y apañarse a un entendido para que dé un diagnosis, pero igualmente “reinventarse como adulto”, explica Laura que los adultos son los que deberían estar admisiblemente primero.

“Cuando viajamos en avión, dan instrucciones en caso de emergencia. Se te cae una mascarilla y, como adulto, debes ponértela primero y luego ayudar a los que están a tu cargo para que puedas respirar admisiblemente y así reaccionar para ayudar. Pero si no estás admisiblemente, el beocio no puede ayudarte, no puedes dejarle esa responsabilidad a él.“, Él dice.

Puedes ir a terapia, pero si no, puedes tomar diferentes acciones, como tomarte unos minutos para hacer cosas que disfrutas, que te hacen comprobar admisiblementecomo tomar una ducha o escuchar música y obtener ayuda cuando la necesite.

Este artículo fue publicado originalmente en La Registro

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